jueves, 26 de septiembre de 2013

Anna Karina, la musa indiscutible de Godard

 ''Algunas personas tienen guiones, que están cambiando constantemente. Con Godard no había guión, él simplemente ponía toda su alma y mente en todo lo que hacía. Él te explicaba los diálogos a su manera, unos pocos minutos antes e instantes después rodabas, al menos tenía una idea sobre ello, porque se tomaba su tiempo para explicarte las cosas y hacía los movimientos contigo. Ensayabamos mucho siempre''. 

 «Cuando, aún hoy, gente muy joven me para por la calle y me cuentan que esas películas les han cambiado la vida, me siento la persona más afortunada del mundo».


Anna Karina (Hanne Karin Blarke Bayer) es una actriz danesa que nació el 22 de Septiembre de 1940, comenzó su carrera ejerciendo de modelo publicitaria, como cantante en cabarets y desarrollando sus primeros acercamientos a la actuación en algunos cortometrajes, todas estas actividades en su país natal. Fue abandonada de niña por su padre que era capitán de barco, el cual dejó a la madre de Anna al poco tiempo de nacer su hija. Vivió hasta los cuatro años con sus abuelos, desde esa edad comenzaría a vivir en casas de acogida. Cuando tuvo 8 años, empezaría a vivir con su madre biológica, del hogar materno intentaría fugarse en diversas ocasiones y a los 17 años finalmente, llegaría a París haciendo autostop desde Copenhague. Como modelo trabajó en territorio galo para Coco Chanel y Pierre Cardin, la primera le aconsejó cambiarse el nombre a Anna Karina.



Llegó por casualidad a ser la musa de Jean-Luc Godard, el mítico y transgresor realizador galo buscaba una nueva actriz para ''Al final de la escapada'', su magnífico debut cinematográfico, descubrió el hermoso rostro de Anna Karina en varios anuncios y consiguió contactar con ella, Godard le ofreció un pequeño papel en su ópera prima, el cual Karina rechazó, ante el requisito de desnudarse en pantalla, finalmente, dicho rol sería eliminado. Karina describiría su primer encuentro con el cineasta de la siguiente manera... «Me sentí hipnotizada por él. Nunca he vuelto a sentir nada parecido». Godard intentaría de nuevo tentarla con un nuevo proyecto, tres meses después, por fin Anna aceptó, su primer trabajo conjunto fue ''El soldadito'', ambos terminaron enamorados y se casarían en 1961 durante el rodaje de una de las películas más optimistas, alegres y sui géneris de Godard, ''Una mujer es una mujer'', que además, el fantástico trabajo de Anna, le valdría el premio a la Mejor actriz en el Festival de Berlín, se convirtió en la intérprete más joven en recibirlo. Su unión tanto sentimental como profesional, dio lugar a algunas de las mejores cintas que Godard ha realizado a lo largo de su prolífica y estimulante carrera, colaboraron en 7 ocasiones (en las estupendas ''Vivir su vida'', ''Lemmy contra Alphaville'', ''Pierrot el loco'', ''Una mujer es una mujer'', ''Origen USA'', ''Banda aparte'' y ''El soldadito''), la cautivadora y mágica presencia de Karina, ayudó a engrandecer las propuestas cinematográficas de Jean-Luc en su mayor etapa de esplendor en los años 60 y 70, en sus películas, solía representar a una especie de femme fatale con el estilo inconfundible y peculiar de Godard (es decir, criaturas complejas, distantes, tristes y fascinantes), que traía de cabeza a los personajes masculinos, su dulzura y picardía, fueron sus señas de identidad interpretativas. Una de la estrellas más expresivas que haya conocido jamás el cine.
Con Jacques Rivette demostró todavía más versatilidad, al alejarse completamente de la imagen definida (a veces, deliberadamente frívola) que Godard creó para ella, en ''La religiosa'' por ejemplo, una película tremendamente perturbadora y cruda, dio vida a una joven que se convirtió en contra de su voluntad en monja, de nombre Sor Suzanne, Karina en una interpretación muy medida y contenida, alejada de cualquier artificio interpretativo o físico, construye un excelente personaje, que es una víctima de una sociedad opresiva para las mujeres y de los fatales acontecimientos que le toca vivir en primera persona, una cinta que en todo momento mantiene una tensión muy palpable, magnífica.


La etérea y enigmática Anna Karina fue una actriz magnífica, singular y única, poseedora de una belleza sensual y personalísima, en el inicio de su carrera en compañía de Godard, fue criticada por algunos, por su limitado dominio del francés y por su fuerte acento danés al hablarlo, pero con el tiempo, terminó callando bocas (Godard adoraba dirigir a actrices extranjeras hablando francés, como Jean Seberg o Jane Fonda, por ejemplo). Tiene una gran habilidad para los idiomas, dominaba 5: francés, inglés, danés, italiano y sueco.


Jean-Luc Godard, antiguo crítico cinematográfico de Cahiers du Cinema y de otras publicaciones, fue uno de los pioneros de la Nouvelle Vague, con su caótico e innovador estilo, que a nadie deja indiferente, personalmente es un director que me encanta, ya que asumía riesgos y era un moderno para su época, rompió moldes, cambió radicalmente la forma de ver y hacer cine, sobre todo en territorio europeo, un contundente punto de inflexión y golpe a la concepción clásica de rodar films, que se vería obligado a abrir las puertas a un cine libre y más moderno, que no seguía las normas cinematográficas imperantes anteriormente, Godard innovó especialmente en cuanto al montaje y argumentalmente. Formó junto a Anna Karina, una de las combinaciones actriz-director más interesantes del séptimo arte, ella era junto al genial Jean-Paul Belmondo, su actriz fetiche, aunque ocasionalmente reclutó al actor por excelencia de los films de su antiguo amigo y con el que terminaría enemistado François Truffaut, se trataba de Jean-Pierre Léaud. Karina y Godard, se separaron en 1967 y a partir de ahí, no volvieron a colaborar conjuntamente.


Anna Karina es una artista muy polifacética: actriz, guionista, directora, cantante, modelo... Además de con Godard, trabajó para otros grandes del cine, como Fassbinder, Valerio Zurlini, Visconti, Ingmar Bergman, George Cukor... Fue el rostro femenino más representativo de la Nouvelle Vague, trabajando para directores que removieron los cimientos convencionales del cine, como Godard, Jacques Rivette o Agnès Varda. 
Sin embargo, en el campo de la música, su trayectoria fue poco prolífica, editando únicamente tres discos (el primero titulado ''Anna'' fue que el más éxito cosechó, del cual, se extraen hits como ''Sous le soleil exactament'' o ''Roller Girl'', Serge Gainsbourg lo compuso, produjo y cantó a dúo con ella en varias canciones), además, de cantar en dos películas de Godard, en ''Pierrot, el loco'' y en ''Una mujer es una mujer''.

En la actualidad, vive retirada del cine, aunque aparece ocasionalmente en televisión y en algún cameo cinematográfico.

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