viernes, 20 de diciembre de 2013

Joan Fontaine, la frágil

 Joan Fontaine (Tokio, 1917- California, 2013)


 “He tenido una vida tremenda. Y no sólo en lo que se refiere a la interpretación. He participado en carreras en globo, he pilotado mi propio avión… he hecho un montón de cosas excitantes”.



Los pocos testigos de un cine clásico hollywoodiense que ya no volverá, se están apagando irremediablemente, en los últimos días, hemos tenido dolorosas pérdidas para cualquier buen cinéfilo que se precie, han pasado a mejor vida: Eleanor Parker, Joan Fontaine y Peter O'Toole. Así es la vida, nacemos y morimos, pero personalmente, me golpea fuertemente que gente tan grande, se nos vaya. Por fortuna, siempre nos quedarán sus grandes películas, sus recientes fallecimientos, deberían de incentivar para recuperar esas joyas inolvidables de sus filmografías y ponerse seriamente a visionarlas o reverlas, a modo de homenaje a su legado artístico y su icónico talento.


Como estaba comentando, esta semana, se nos iba una de las estrellas más rutilantes del Hollywood dorado, Joan Fontaine, actriz perfecta para papeles de mujeres frágiles, ingenuas e introvertidas, los cuales, los bordaba. Su frágil y dulce rostro, claramente, limitaba sus posibilidades a la hora de interpretar, como a tantos otros actores. Fue la única intérprete que trabajó con el maestro del suspense Alfred Hitchcock y consiguió un Oscar por su estupenda labor, este reconocimiento le llegó por ''Sospecha'', convirtiéndose en el único premio de la Academia que le fue concedido. El año anterior, había estado nominada por ''Rebecca'', la primera producción americana de Hitchcock, que tuvo un complicado rodaje. Fontaine estaba incómoda en el set, porque Laurence Olivier la odiaba (su deseo personal era que su esposa Vivien Leigh diera vida a su pareja, pero el productor David O. Selznick impuso a Joan, al quedarse prendado de ella en una cena en la que habían coincido) y el malvado Hitchcock fomentó esta tensa situación en favor de la credibilidad de su personaje (de hecho, aumentó este ambiente crispado, engañando cruelmente a Joan, haciendole creer que todo el equipo de la película la despreciaba), que se hallaba en una situación similar. El mítico realizador, admiraba su control interpretativo y su templanza, tanto que según Cary Grant, durante el rodaje de ''Sospecha'', Fontaine recibió un trato de favor por encima de su partenaire, supuestamente esta actitud, molestó al legendario y carismático actor. En honor a la verdad, tanto Fontaine como Grant, merecían las mismas alabanzas, ya que, están excelentes. En mi opinión, la mejor interpretación de Joan Fontaine es la que realiza en esa obra maestra del melodrama que es ''Carta de una desconocida'', es un papel que le sienta como un guante es cierto, pero hay que reconocer, que está espléndida. Su elegante y sutil presencia engrandece esta hermosa y desesperada película sobre el amor no correspondido. Era una gran actriz, pero que personalmente no me convence tanto como Olivia, en el aspecto interpretativo, por supuesto.


Joan Fontaine, vivió su mayor etapa de esplendor en los años 40, en la cual, su carrera se caracterizó por un determinado perfil de personajes: mujeres excesivamente vulnerables y tímidas. Mucho más limitada interpretativamente hablando y con menos fuerza escénica que su odiada hermana Olivia de Havilland, tardó en salir de su zona de comodidad actoral, hasta casi rozar o tocar por momentos el temible encasillamiento dentro de una carrera plagada de altibajos. Intentó desligarse de sus papeles de ''mosquita muerta'', con algunos retos artísticos que se alejaban de su cándida imagen cinematográfica habitual, como por ejemplo, el personaje que desarrolló en ''El bígamo''. En general, no tuvo los grandes papeles de lucimiento que sí le ofrecían a Olivia, ambas rivalizaban por los mejores roles femeninos de la industria cinematográfica americana. Fontaine terminaría refugiandose en el teatro y en el medio televisivo hasta su retirada definitiva.


Olivia y Joan, tuvieron una relación complicada desde la niñez, en la cual, ambas se peleaban por el respeto y cariño de su madre, que había sido también actriz. Su progenitora tenía especial predilección por Olivia, solamente a ella le permitió quedarse con De Havilland como apellido artístico. Una vez, que ambas ya habían conseguido ser actrices profesionales, la tirantez y la rivalidad habitual de su relación fraternal se acrecentó. A raíz del Oscar de Joan por ''Sospecha'' en la ceremonia de 1942, Olivia que esa noche también estaba nominada por ''Si no amaneciera'', le hizo la cruz definitivamente a su hermana y desde ese momento, su debilitada unión familiar se rompió. Éste no fue el único incidente sonado en las ceremonias de los Oscar, posteriormente, en 1947, cuando Olivia ganó por fin su primer Oscar por su magnífica interpretación en ''Vída íntima de Julia Norris'', se negó a aceptar la felicitación de su hermana, el enfado se debía no solamente a su relación ya deteriorada de por sí, si no también, a unas desafortunadas declaraciones públicas de Fontaine sobre el primer marido de Olivia. Toda una vida de amargos enfrentamientos y reconciliaciones temporales, hasta que en 1975, debido al funeral de su madre, rompieron definitivamente el limitado contacto que les quedaba. Fontaine acusó a De Havilland de no avisarla de la fecha del funeral, por su parte, Olivia aseguraba lo contrario y añadiendo, que simplemente su hermana menor declinó asistir. Una relación familiar explosiva, que ha alimentado titulares desde los comienzos cinematográficos de estas dos irrepetibles actrices.

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