jueves, 23 de enero de 2014

''Al servicio de las damas'' (Gregory La Cava, 1936)



'Al servicio de las damas' es tal vez una de esas películas que más gente ha oído hablar que visto en realidad. Actualmente cuesta mucho que se vean películas clásicas y es una lástima porque esta es una película que sientas las bases a seguir por las comedias en las siguientes décadas. En 1936, el genero de la screwball comedy ya tenía varios títulos en su haber como Sucedió una noche (1934) de Frank Capra y La comedia de la vida (1934) de Howard Hawks. Columbia empezaba a mostras sus credenciales con el género y de hecho sería una de las grandes productoras de screwballs. Universal venía de unos años con películas enormes de terror como Drácula y El doctor Frankenstein entre otras y en 1936 apostó fuerte con Al servicio de las damas. Fue un gran acierto.





'Al servicio de las damas' está basada en una novela llamada '1011 Fith Avenue' escrita por Eric Hatch y que más tarde en 1937 escribió el guión de Una pareja invisible. Hatch se mostró satisfecho con la adaptación de la novela por el directo de la película Gregory La Cava. De hecho, el guión se convirtió en un clásico del género y el público de la época respondió de manera muy positiva con esta película. La Cava fue uno de esos grandes directores de los años 30 que no consiguió el reconocimiento de otros en este género, como lo fueron Leo McCarey, Preston Sturges, Mitchel Leisen y Erns Lubisch entre otros. Pero La Cava poseía cualidades de todos ellos en Al servicio de las damas: la descripción cínica entre ricos y privilegiados de Frank Capra, la acritud de Cukor definiendo las clases altas, la elegancia de Lubitsch, la locura de McCarey y la sobriedad y eficiencia de Sturges y Leisen. También solía dar una vitalidad enorme a los actores, con diálogos llenos de ingenio dignos de un Lubitsch o un McCarey. La Cava demuestra en su enfoque con Al servicio de las damas una virulencia poco frecuente cuando se trata de describir el ambiente de la alta burguesía. Hay en todo ello una especie de locura, un hecho que no sabes donde te va a llevar y un retrato de personajes extremos y un tanto alocados. Sus comedias eran además muy sostenidas, como bien demuestra en La muchacha de la 5ª Avenida (1939), Sucedió una vez (1935), Una nueva primavera (1940) y especialmente en Damas del teatro (1937) donde mezclaba casi a la perfección drama y comedia.



Al servicio de las damas destaca claramente con ejemplo de como debe realizarse una screwball comedy, es un manual. En ella Carole Lombard demuestra que es más que una cara bonita en esta comedia de enredo en la cual se enamora de William Powell. Curiosamente William Powell y Carole Lombard estuvieron casados anteriormente durante un breve espacio de tiempo. Al igual que muchas de las comedias de la época, Godfrey (William Powell) se burla de las costumbres frívolas de la clase alta al intentar comunicar un mensaje social sobre los problemas del hombre común. Powell es ese 'forgotten man', ese hombre olvidado que incluso se evoca en una canción de estupendo musical Vampiresas de 1933 que se topa con la frivolidad de la alta sociedad encarnada por Lombard, quien inmediatamente se enamora de él por su naturaleza honesta. Con el fin de mantenerlo cerca, le consigue un trabajo como mayordomo en su casa en la cual topa con su hilarante y variopinta familia mientras intenta resistirse a los encantos de Lombard. Tanto Lombard como Powell se benefician de este guión verdaderamente ingenioso y sofisticado. Y es que esos ambientes de clase alta cuando los ricos son tontos, es buen objetivo para desbordar su sátira. En un país postdepresión dividido de manera extrema entre ricos y pobres, vemos como los ricos van a los vertederos de la ciudad a buscar a esos hombres olvidados para la búsqueda de un tesoro que llena el tiempo de los ricos ociosos. Pronto nos damos cuenta que esos juegos serán el eje de la película. De hecho, todas las relaciones parecen ser un juego: Irene y Cornelia, Irene y Godfrey, Coneli y Godfrey, Alexander Bullock y el resto de la familia, incluyendo el protegido de su esposa, Carlo, y los ricos y los pobres.


Posiblemente lo mejor de Al servicio de las damas es el reparto. Como Godfrey, William Powell estaba en la cumbre. La Cava insistió con él y tenía pensando acompañarlo de Constance Bennett. A Powell le gustó la idea de intervenir en la película pero solo si Carole Lombard daba vida a Irene. La Cava estuvo de acuerdo, así que Powell empezó primero a dejarse barba durante unos días para ser el vagabundo aunque su urbanidad como mayordomo era mucho más impresionante. El personaje de Irene, si no fuera por Carole Lombard, podría haber sido una simple rubia tonta alocada. Eso habría destrozado la película. Tenía que haber una razón para la atracción de Godfrey hacia Irene, algo detrás de esa fachada de Irene que sugeriese razón y bondad. Lombard, principalmente a través del lenguaje corporal, era capaz de sugerir la profundidad tan esencial para Irene. El encanto entre Powell y Lombard trasciende a pleno rendimiento. Lombard estaba hecha del material de las estrellas de cine, bendecida de una combinación extraña y bella de talento auténtico y belleza radiante. Se las arregla para hacer de Irene tan ridícula como tiene que ser pero nunca da la sensación de que ella está ridiculizando el personaje para hacerlo. Lo que también demuesta Lombard es la velocidad de la voz, al igual que Katharine Hepburn, perfecta en este registro y sin exagerar ni hacer cualquier histeria o idiotez en su personaje. En cambio Powell si hay una palabra para definirlo es elegancia, pero una elegancia imperial y sublime. Su Godfrey es una maravilla encantadora y benigna. Casi sin pestañear pasa de vagabundo a mayordomo, de borracho a empresario. Es por donde gira toda la película, el invitado que pasa por ahí mientras que esas personas tontas encuentran la fuerza y sabiduría a través de él.

Aunque no solo de William Powell y Carole Lombard se sustenta actoralmente Al servicio de las damas. Cuenta con un reparto de secundarios a la altura. Eugene Pallette como el patriarca de la familia, ese padre fanfarrón ignorado por todos y que tienen que lidiar con los desmadres de su familia y aguantar al protegido de su mujer Alice Bray, un tal Carlo interpretado de manera graciosísima por Mischa Auer, cuyos únicos talentos son comer e imitar a un gorila. Y luego está Gail Patrick como Cornelia, la hermana insufrible de Irene que ve en Godfrey una amenaza para su estabilidad social. Se podría decir que la villana de la película. Todos ellos juntos forman un fenomenal reparto, el cual recibió cuatro nominaciones al Oscar en las cuatro categorías de actuación, algo que sucedía por primera vez. Además de Powell como Mejor Actor y Lombard como Mejor Actriz, estaban nominados Mischa Auer como Mejor Actor de Reparto y Alice Brady como Mejor Actriz de Reparto. Mención aparte a las nominaciones a La Cava como director y Erich Hatch como guionista para un total de 6 nominaciones. Al servicio de las damas estuvo nominada a todos los premios importantes excepto al de Mejor Película, un caso un tanto extraño ya que además ese año hubo 10 nominadas al Oscar a la Mejor Película. En definitiva, Al servicio de las damas es una delicia muy recomendable, una de las obras cumbres de la comedia clásica americana. Una joya.


Por Javi Leiva.

sábado, 18 de enero de 2014

Cary Grant, el carismático británico que conquistó Hollywood



Archibald Alexander Leach, alias Cary Grant, nació en Bristol (Inglaterra), un 18 de Enero de 1904, en el seno de una familia de clase baja. A los 9 años, cuando un día llegó a casa del colegio, se le ocultó el verdadero paradero de su madre biológica, asegurandole que se había ido a un balneario por un tiempo, Grant, descubriría, años más tarde, la dolorosa verdad.
El icónico actor dejaría la escuela a los 14 años, mentiría sobre su edad y firmaría un permiso imitando la firma de su padre para conseguir enrolarse en la compañía de artistas circenses de Bob Pender. Gracias a su notable habilidad para las acrobacias, haría una gira por ciudades británicas, hasta que en Julio de 1920, sería uno de los ocho seleccionados de dicha compañía para ofrecer espectáculos en Broadway. Después de las 456 representaciones del espectáculo en el cual colaboraba, de nombre ''Good Times'', él decidió quedarse en Estados Unidos para intentar labrarse un camino como actor. Una de sus primeras grandes oportunidades cinematográficas le llegó cuando Mae West lo escogió para ''Lady Lou'' (1933), ella veía en él, una combinación de virilidad, sexualidad y aura de gentleman.


Cary Grant, es un actor que siempre me ha resultado especialmente empático y encantador, al menos en la pantalla. Sufría de una injusta infravaloración por interpretar en muchas ocasiones al eterno galán, a nivel de premios sobre todo, aunque también se había granjeado numerosos enemigos en Hollywood, debido a su defensa pública de figuras ''polémicas'' dentro del cine americano (como Ingrid Bergman o Charles Chaplin), además, se prodigaba frecuentemente en registros cómicos y no es un género que sea asiduamente premiado, cuando es tan complicado o más que el drama.
Era un actor magnífico y muy carismático, que solía encandilar a los espectadores con una facilidad pasmosa, algunos creerán (y puede que acertadamente) que se interpretaba a sí mismo, pero en mi caso, consigue que ese supuesto aspecto no me importe en absoluto, además, de que en algunos casos, su rol habitual sufría notables variaciones. No era un intérprete extremadamente versátil, pero pocos llenaban la pantalla tan sólidamente como lo hacía él.
Surgen y surgirán imitadores, pero él es único. Con esa elegancia innata, ese porte irresistible y esa vis cómica irrepetible, Grant demostró que era igualmente válido tanto para la comedia más gamberra como para registros más serios. Billy Wilder, se pasó la mayor parte de su existencia, intentando ''pescarle'' para algunas de sus películas, pero resultaron intentos fallidos, aún así, este genio austríaco, siempre manifestó que lo admiraba muchísimo. Que se sepa, fue su primera opción para ''Sabrina'' y ''Ariane'', que posteriormente, fueron a parar, a Bogart y Gary Cooper respectivamente, pero si Cary hubiera aceptado en alguno de estos dos casos, las cintas habrían ganado muchísimo, porque son roles que le pegan como un guante.

A Grant le preocupaba sobremanera, la gran diferencia de edad que existía entre él y Audrey Hepburn (25 años) y finalmente, solamente accedió a protagonizar, la maravillosa ''Charada'' con ella, después de que le asegurasen, que en la película se mostraría que Audrey lo seducía a él, no quería quedar como un viejo verde en pantalla. Más tarde, debido a las críticas que se recibieron respecto a la diferencia de edad que había entre la pareja principal del film de Stanley Donen, Grant decidió dejar de dar vida al héroe romántico. Irónicamente, en su vida personal, se casó con algunas mujeres mucho más jóvenes que él.


Alfred Hitchcock, genial director pero de complicado carácter, decía que, Grant era el único actor con el que no le importaría trabajar siempre. Grant fue el protagonista de 4 películas del genio del suspense, la floja ''Atrapa a un ladrón'', la más que correcta ''Sospecha'', la magnífica ''Encadenados'' y la superlativa ''Con la muerte en los talones'', que considero una de las mejores de las carreras de ambos.

Grant e Ingrid Bergman en ''Indiscreta'' de Stanley Donen.

En mi opinión, las actrices que mejor le dieron la réplica en pantalla, fueron Ingrid Bergman, Katharine Hepburn, Deborah Kerr, Rosalind Russell y Audrey Hepburn, con las que se llevaba de maravilla en la vida real, por cierto. De Audrey, siempre decía que estaba ansioso de repetir con ella en una película, que sería el regalo navideño perfecto, con Katharine tenía una complicidad maravillosa, tanto dentro como fuera de la pantalla, no perdía la oportunidad para alabarla sin cortapisas, colaboraron juntos en 4 ocasiones, siendo las más destacables, las estupendas ''La fiera de mi niña'' e ''Historias de Filadelfia''.

Durante su existencia y como a tantos otros intérpretes, solía perseguirle la sombra de la bi o homosexualidad, las malas lenguas decían, que Randolph Scott, que fue su compañero de piso durante un tiempo, era su pareja sentimental. La Paramount para acallar rumores de este calibre, que en aquella época eran nocivos para el éxito en cualquier carrera cinematográfica, le buscó diversas compañías femeninas, se comentaba, que aunque se casó en más de una ocasión, estas parejas supuestamente sólo actuaban de cortinas de humo para ocultar su verdadera identidad sexual. Detrás de la fachada de gentleman aparentemente simpático y perfecto, Cary escondía una importante fragilidad emocional y una personalidad llena de inseguridades, fruto de una triste infancia con carencias afectivas y económicas. Desarrolló una obsesión por no volver a padecer penurias económicas, lo que le hizo, especialmente precavido con el dinero que se había ganado trabajando.
Grant vivió atormentado por la misteriosa ausencia de su progenitora, durante años, se creía que su madre había muerto, pero finalmente se supo, la trágica verdad, estaba viva e ingresada en un psiquiátrico. A Grant, este hecho, le afectó toda su vida y fue uno de los detonantes de su adicción al alcohol y al LSD. Hasta la muerte de su madre, Grant se encargó de cuidarla para que no le faltara de nada.


Más que un actor cómico


Aunque pocos actores se movían con tanta soltura y credibilidad en la comedia, Grant también demostró su solvencia en registros más serios. Hitchcock por ejemplo, supo moldearlo para que ofreciera otros registros interpretativos más dramáticos u oscuros, especialmente en ''Encadenados'', ''Sospecha'' y ''Con la muerte en los talones'', sorprendiendo en papeles alejados de su imagen más jovial y simpática.
George Stevens, en ''Serenata nostálgica'' también le entregó un papel bombón a Cary, en este melodrama desgarrador sobre la pérdida de un vástago y la amarga crisis de una joven pareja, a raíz de este trágico suceso. Tanto Grant como Irene Dunne, lo bordan, están fantásticos. El trabajo de Grant fue nominado al Oscar, siendo su única candidatura junto con la de ''Un corazón en peligro'', casualmente, los dos papeles más dramáticos y contenidos de su filmografía.
Grant, era tremendamente inseguro respecto a sus cualidades interpretativas, en especial, en los inicios de su carrera, en los cuales, temía no estar a la altura de las exigencias de cada papel. Por ejemplo, durante el rodaje de ''La pícara puritana'', le preocupaba no poseer la vis cómica suficiente para resultar gracioso, solía subestimarse a sí mismo constantemente. En su afán de independizarse del abusivo control que ejercían los Estudios sobre sus estrellas, Grant formó junto a Stanley Donen, la compañía Grandon, que se encargaría de producir ''Charada'', ''Página en blanco'' o ''Indiscreta'', antes de su cierre final.


En definitiva, Cary Grant es uno de esos actores que me enamoran en la gran pantalla, me alegra cualquier día gris, disfruto viendole enormemente. Uno de esos intérpretes clásicos que bordaban la comedia, pero que en cualquier género, conseguía realizar un trabajo más que eficaz. Hay que reivindicar siempre a Grant, su talento ha quedado quizás un poco ensombrecido por su condición de galán, pero hay que saber ver más allá de eso y reconocer sus méritos artísticos, que es más que evidente que los tiene. Pocos actores irradian tanto talento, carisma y naturalidad como Cary Grant. Una de esas fieras interpretativas que te hacen irremediablemente amar el cine clásico y en especial, esas comedias únicas de antaño, que destilaban tanta clase, encanto e ingenio. Hoy, si estuviese vivo, Cary Grant, cumpliría 110 años, todo un icono de elegancia y buen humor en el ámbito cinematográfico. Se retiró a los 62 años y fallecería a los 82 el 29 de Noviembre de 1986, dejando únicamente una hija (Jennifer Grant, nacida en 1966) de su fugaz matrimonio con la actriz Dyan Cannon. 



Títulos destacados

''Historias de Filadelfia''
''Encadenados''
''La pícara puritana''
''El solterón y la menor''
''Sospecha''
''Con la muerte en los talones''
''Charada''
''Vivir para gozar''
''La fiera de mi niña''
''Serenata nostálgica''
''Tú y yo''
''Arsénico por compasión''
''Me siento rejuvenecer''
''Página en blanco''
''Luna nueva''
''Indiscreta''

jueves, 16 de enero de 2014

Natalie Wood, una niña prodigio con fatal desenlace


 Natalie Wood (Natalia Nikolaevna Zakharenko, aunque cuando sus padres aterrizaron en USA y consiguieron la nacionalidad americana, adoptaron el apellido, Gurdin), de ascendencia ucraniana y rusa, nació en San Francisco el 20 de Julio de 1938. A los 5 años, debutó en la gran pantalla, ejerciendo de extra en la película ''Happy Land'' de 1943.
Su madre María Gurdin, fue la que instó a Natalie a probar suerte en la interpretación, llevandola a numerosos castings. Esta gran ambición de su madre por convertir a su hija en estrella, proviene de un suceso ocurrido mientras su progenitora estaba todavía embarazada de ella, en una ocasión, le leyó la mano, una anciana que estaba en la calle, asegurandole lo siguiente... ''Su hija será una gran estrella, pero deberá tener mucho cuidado con las aguas oscuras''. María le inculcó a Natalie un exagerado respeto al agua, por ese motivo, su hija no sabía nadar y desarrolló un considerable temor al mar. En su tierna infancia, se codeó con estrellas consagradas como Gene Tierney, Maureen O'Hara o Bette Davis, en ''El fantasma y la señora Muir'', ''De ilusión también se vive'' (considerada un clásico navideño, en el cual, interpretaba a una niña que no creía en Santa Claus) y ''La estrella'' respectivamente, dando vida a sus hijas. Desde principios de los 40 hasta bien entrados los 50, rodó 18 películas, se convirtió en una prometedora niña prodigio, al mismo tiempo, que era alabada por su gran belleza, siendo apodada ''la adolescente más hermosa del mundo''. En mi opinión, fue una de las actrices más talentosas y bellas que ha dado el cine.


Se crió en un mundo de adultos desde muy temprana edad, con todas las ventajas y consecuencias (inestabilidad emocional, supuesta violación perpetrada por Kirk Douglas, desenfrenada vida sexual y amorosa desde jovencita, coqueteos con las drogas y el alcohol, fumadora desde los 16 años, fue novieta de Elvis Presley a los 18...). Comenzó a despuntar más en serio, como intérprete de gran talento en su etapa adulta, sobre todo, a raíz de la legendaria ''Rebelde sin causa'' con el icónico James Dean, llamó la atención de la Academia por primera vez y la nominaron al Oscar como secundaria con tan sólo 16 años. Poco después, vino un papel que marcó su carrera más que ningún otro, el de la protagonista femenina de ''Esplendor en la hierba'' del maestro Elia Kazan, donde está espléndida, borda las diferentes fases por las que transita su complejo personaje, de ser una vivaracha y virginal joven hasta convertirse en una mujer desencantada y depresiva, repitió nominación al Oscar pero esta vez, como mejor actriz. El papel de Deanie, estuvo a punto de ir a parar a manos de Elizabeth Taylor, más famosa que Natalie en aquella época, además de ser la elección de los productores de la cinta. Pero Kazan, le hizo una prueba a Natalie junto a Warren Beatty y vio que tenían una complicidad estupenda y enseguida tuvo claro, que Wood era la actriz ideal para este melancólico personaje.


Natalie aúna en la mayoría de sus interpretaciones, una extraña y extraordinaria cualidad interpretativa, transmite fragilidad y entereza, dos rasgos que aparentemente podrían ser bastante opuestos, pero que en ella confluyen con total naturalidad y autenticidad, forma parte de su personalidad fílmica. Los registros dramáticos los clavaba dando la sensación de que para ella todo resultaba fácil, cuando en la mayoría de los casos era totalmente lo contrario, Wood era muy insegura respecto a sus habilidades interpretativas. Siempre contenida, pocas veces o ninguna, se excedía. Además, también se desenvolvía con soltura en la comedia, por poner solamente un ejemplo, en ''La pícara soltera'' junto al galán Tony Curtis, que en aquellos tiempos, era un cómico muy cotizado. Con el sensible director Robert Mulligan, mantuvo una interesante relación profesional, colaboraron en dos ocasiones, en la estimable ''La rebelde'' y en el gran melodrama ''Amores con un extraño'', en las dos, está magnífica, pero por ésta última, consiguió su última nominación al Oscar como Mejor actriz. ''Amores con un extraño'' no había tenido grandes críticas ni taquilla, pero se resaltó siempre las buenas interpretaciones de Natalie y el carismático Steve McQueen. Se rumoreó un presunto romance entre ambos.

''No llegué a tener un nivel de intimidad y cercanía con él, aunque me hubiera gustado. Era alguien muy especial, muy complicado. A ratos, parecía la persona más indefensa del mundo y más tarde, un auténtico bastardo''. Natalie Wood sobre James Dean.


Se decía, que mantuvo una pasional y destructiva relación con el mujeriego Warren Beatty durante 5 años, con intento de suicidio de Natalie en 1966 y que el mítico actor, la introdujo en el consumo de heroína, se comentaba, que Beatty fue uno de los grandes amores de su vida y que nunca llegó a olvidarle. Pero al margen de conjeturas, sus relaciones sentimentales más confirmadas, fueron con Robert Wagner y Richard Gregson.
Se casó por primera vez con Robert Wagner en 1957 y se separaron en 1962, tuvieron una relación tormentosa, llena de altibajos. Natalie se volvió a casar con otro hombre en 1969, Richard Gregson, del cual, se divorciaría en 1972, para meses después, retomar su complicada relación con Wagner, se casarían por segunda vez en Julio de 1972. Natalie fue madre de dos hijas, una de Gregson y otra de Wagner, Natasha Gregson y Courtney Wagner.

Natalie con Robert Wagner.

Durante los 70 y 80, Natalie trabajó más en la televisión que en el cine, filmando versiones para TV de ''De aquí a la eternidad'' y ''La gata sobre el tejado de zinc'', durante estas dos décadas, tuvo varios parones profesionales para dedicarle más tiempo a la familia. A finales de 1981, se encontraba terminando de rodar la película ''Proyecto Brainstorm'' con su amigo Christopher Walken, pero no vivió para verla estrenada. El 29 de Noviembre de 1981, ella compartió una travesía en su yate ''The Splendor'' (en alusión, a uno de sus mayores éxitos, ''Esplendor en la hierba'', que protagonizó junto a uno de sus amantes, Warren Beatty) con su marido y Walken, murió ahogada al caer del barco. Su muerte estuvo rodeada de extrañas circunstancias, aunque en un principio, se consideró que fue una muerte accidental, cayendo del yate totalmente ebria y posteriormente ahogandose. Lo cierto es que, el caso fue reabierto en 2011 gracias a un libro de la escritora Marti Rully, en el cual, se aseguraba, que su marido Robert Wagner, estaba muy involucrado en la muerte de su esposa, señalandolo de esta manera, como culpable del fallecimiento de Natalie, además, en dicha publicación, se muestra, como una de las pruebas, el testimonio del capitán de la embarcación, Dennis Davern, que apostilla lo mismo, que Wagner intervino en el trágico suceso que causó su muerte, tras mantener una intensa pelea. La posterior investigación, demostró que el cuerpo de Natalie había sido golpeado antes de caer al agua, al presentar magulladuras y moratones, la versión de que fue empujada por su marido tras un violento forcejeo, cobró todavía más fuerza, se comentaba, que Robert Wagner estaba celoso de la relación supuestamente más que amistosa de Natalie con Walken (todo ello, unido a sus celos profesionales, la carrera de Wagner nunca terminó de despegar). El informe forense, cambió recientemente, de ''muerte por accidente'' a ''ahogada y otros factores indeterminados''. Se rumorea, que los nuevos detectives encargados del caso, al revisarlo, encontraron nuevas evidencias, aunque no las suficientes, para confirmar, que la muerte de Natalie, se debió a un homicidio.
En resumen, no han quedado esclarecidos completamente, los motivos reales de su muerte, quedan cabos sueltos. Lo esencial, es que la trágica y prematura muerte de Natalie a los 43 años, nos privó a los cinéfilos de seguir disfrutando de su inmenso talento tanto en la pantalla grande como en la pequeña. Su misterioso fallecimiento se une a los de otras grandísimas actrices como por ejemplo, Romy Schneider o Jean Seberg, curiosamente, las tres nacidas en 1938.

- Curiosidades

Su papel favorito de toda su carrera, fue el de Daisy Clover, el personaje que interpretó en ''La rebelde'' de Robert Mulligan, que supuso uno de los primeros papeles cinematográficos de Robert Redford, con el cual, mantuvo un breve idilio en la vida real, durante su rodaje. Al año siguiente, rodarían de nuevo juntos, la excelente ''Propiedad Condenada'' de Sydney Pollack, basada en un texto del genial dramaturgo Tennessee Williams. Finalmente, se convirtieron en grandes amigos hasta la muerte de Natalie, de hecho, llegó a ser padrino de su boda con Richard Gregson.

''Daisy Clover es uno de mis personajes favoritos. Me veo en su fuerza, en sus contradicciones, en sus errores, en sus risas, esfuerzos y lágrimas. También en todo lo que ella es capaz de hacer y yo no hicé por miedo o por amor''.

Redford, hablando de Natalie, en un tributo que le hicieron en TCM...

 

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